14. a. Yoga-Cuento: El mono Jorge y la abejita viajera

             



Jorge era un mono que vivía en una selva mágica, atravesada por un río cristalino, con arboles altos y frondosos y flores de colores brillantes y exquisito perfume.

Esta selva era habitada por diferentes animales e insectos, como la serpiente Lola, el pájaro Dario y el león Pistacho, entre otros.

Un día mientras Jorge comía un plátano se le acercó una abejita muy simpática que andaba de viajera, y que le preguntó por la flor mas grande del mundo, de la cual había oído hablar a los animales de allí.

El mono que era muy amistoso y solidario se ofreció a acompañarla hasta donde estaba dicha flor.

Comenzaron su travesía, Jorge caminado y otra parte saltando de rama en rama y la abejita volando (SHIVA SHIVA SHAMBO MAHADEBA SHAMBO) adentrándose a la selva. De pronto se encontraron con el cristalino rió, el mono no sabía nadar por lo que le daba un poco de miedo tener que atravesarlo, por lo que la abejita le señaló un barco que había en la orilla, animándolo a cruzar el rió en el barquito y ella acompañándolo de muy cerca, mas precisamente en su hombro para no dejarlo solo, el mono se animó y comenzó a remar acompañado por su nueva amiga, y remaba y remaba... (SHIVA SHIVA SHAMBO MAHADEBA SHAMBO)...hasta que al fin llegaron a la otra orilla.

Continuaron su recorrido entre los altos arboles y demás animales de la selva, hasta que llegaron al lugar indicado. La abejita al ver la flor, que era las MAS GRANDE DEL MUNDO, abrió los ojos y boca muuuuy grandes de tanta sorpresa y maravilla que veía, la abejita seguía con su vuelo pero esta vez mas rápido para llegar mas cerca de la flor cuanto antes, dejando a Jorge atrás, quien también estaba muy sorprendido ya que a pesar de vivir en la selva, nunca se había animado a cruzar el río para conocerla.

La abejita llegó a la Flor y inhaló profundamente para poder oler su perfume...WOW!!!! era perfecta!!!!  y lo apuraba a Jorge para que también viniera a olerla. Cuando el monito llegó a la flor con su naricita cerca a uno de sus gigantes pétalos también inhalo profundamente y al exhalar lo hizo lentamente exclamando aaaaaaaaaaaaa!!             

Estos dos nuevos amiguitos estaba tan cansados del viaje que no dudaron en recostarse en una de las hojas, donde descansaron y contemplaron esa enorme y fantástica flor.


                                            FIN.







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